Crema para piel sensible
¿Hay alguna crema buena para mí?
“dame una crema hidratante, pero ¡cuidado! tengo la piel muy muy sensible, ninguna me va bien”
Esta es una de las frases que escuchamos más a menudo cuando llegáis a la farmacia en busca de un tratamiento dermocosmético, y cuando os preguntamos nos describís una serie de signos en la piel muy variados: desde un ligero picor al utilizar algunas cremas hasta reacciones más importantes como descamación o incluso otras más severas que ya requieren una intervención médica.

Ante esta variedad de síntomas debemos distinguir entre pieles sensibles y pieles alérgicas.
Pieles alérgicas
Comencemos por la piel alérgica, ésta condición de la piel es mucho menos común. Es en esos casos en los que nos contáis que habéis utilizado un determinado principio activo y de repente os hace reacción:
“lo llevo usando durante todo un año y me ha ido bien, ahora mismo no sé qué ha pasado, me sienta mal, me ha enrojecido el rostro o me han salido granitos”; aquí estamos hablando de una piel que ha desencadenado una respuesta inmune al producto por una sensibilización progresiva, y es que la piel en algún momento ha identificado la sustancia como extraña y se ha desencadenado este proceso como defensa mientras que esta sensibilización se ha llevado a cabo poco a poco. No todas las cremas para pieles sensibles y reactivas son válidas para todos.
La crema facial para piel sensible varía por muchos factores que explicaremos en este post.
No aparecen síntomas aparentes hasta que de repente surge y se suele manifestar con síntomas un poquito más graves como descamación o incluso vesículas o costras. Al dejar ese principio activo o ese producto que estamos utilizando desaparecerán y luego podemos ver que es algo momentáneo y puntual.
En cierta medida podemos hacernos una idea sobre si un producto nos sentará bien o no. Podemos ponernos una pequeña cantidad en el dorso del antebrazo y esperar a ver la reacción de nuestra piel.
Pieles sensibles
No ocurre así en el caso de la piel sensible que más bien indica un estado de la piel. Con estado queremos decir que es algo constante en nuestro día a día que nos acompaña y es un mecanismo de acción diferente: aquí las células de la epidermis son hiperexcitadas por determinados componentes o productos y reaccionan de una forma inmediata con ardor, picor o rojeces siendo estos los síntomas más habituales.
Nos vamos a centrar en esta condición de la piel, pero ¡ojo! no la vamos a confundir ni con la alérgica ni con otras condiciones de la piel como puedan ser dermatitis atópica o rosácea, que aunque incluyen sensibilidad de la piel estos trastornos entran ya dentro del campo de la patología y requieren una actuación combinada de fármacos y tratamiento médico.
Por tanto, decidir si estamos ante una piel sensible es complicado, entre otras cosas, porque tanto los productos que desencadenan la reacción como los síntomas son muy variados. Pero sí que es cierto que este estado de la piel es cada vez más frecuente en el mostrador y también vemos que es más común entre las mujeres que entre los hombres.
Atendemos a dos grupos de factores fundamentales
Intrínsecos. Los que llevamos consigo cómo ser mujer o ser joven, tener una piel delgada o sudar mucho; poco podemos hacer para evitarlos, al igual que sobre otros como los factores hormonales o el estrés.
Extrínsecos. Sobre los que podemos actuar para mejorar esta condición de la piel, aquí podemos destacar la dieta, consumir alcohol o café de forma excesiva, el ambiente, el frío, el sol y la contaminación o también un estilo de vida estilo de vida influido por costumbres como por ejemplo, duchas prolongadas con agua muy caliente o el uso de productos inadecuados de higiene.
Sin embargo, el más importante, es el que más cantidad de veces lo desencadena, el uso de cosméticos y productos de aseo inadecuados.
Llegados es este punto vale la pena saber cómo reacciona la piel ante estos factores. Varios procesos se desencadenan de forma que nuestra piel se puede catalogar como “piel sensible”.
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En primer lugar, reduce su nivel de tolerancia y es por ello que no conseguimos encontrar una crema hidratante para piel sensible o cualquiera de otros productos para piel seca y sensible que nos vaya bien, usamos múltiples productos, vamos cambiando con demasiada frecuencia ya que nada nos ofrece el resultado que buscamos, usamos múltiples productos activos muy de moda que tal o cual nos recomienda y aquí entra en juego la importancia de la recomendación personalizada.
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En segundo lugar, la función barrera de la piel, que es nuestra primera defensa, se deteriora por lo que cualquier sustancia puede penetrar con relativa facilidad ya que la piel aumenta significativamente su permeabilidad y esto va unido generalmente a deshidratación ya que se pierde más agua de la debida.
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Un tercer elemento a tener en cuenta, es que la piel se adelgaza: el estrato córneo pierde grosor. Aunque sea una piel grasa se va a deshidratar con mucha facilidad a pesar de ser pieles con un estrato córneo algo más grueso cuando está en buenas condiciones.
¿Cómo proteger tu piel?
Con estas características podemos imaginar que es una piel que se deshidrata fácilmente, si no hemos tomado medidas a tiempo nuestra piel sensible, fina y deshidratada nos obliga a plantearnos que hacer por ella.
Eso sí, siempre que no haya patologías añadidas, en ese caso requerirá tratamiento médico y farmacológico. Si la sensibilidad se acompaña de acné o rosácea acudir al dermatólogo es una buena opción.
En la farmacia podremos complementar el tratamiento médico con fármacos bien sea vía tópica o vía oral con productos dermatológicos que añadiremos a nuestra rutina dermocosmética, pero si lo único que precisamos es una rutina cosmética que nos siente bien y nos ayude con estos síntomas podemos seguir algunos consejos clave:

Menos es más: por regla general utilizaremos pocos productos y con fórmulas que contengan pocos ingredientes. Por ejemplo, podemos evitar los perfumes, los colorantes y aquellas sustancias que añaden cosmeticidad a las fórmulas. Por ejemplo, siliconas.
Prestaremos especial atención a la limpieza. Esta debe ser muy suave: bálsamos y cremas son los más adecuados porque ni irritan ni resecan. Ya desde la limpieza estamos cuidando la hidratación.
Tu piel tiene sed. Entonces buscaremos fórmulas con ingredientes clave tales como ceramidas o los omega 6, que son sustancias emolientes. También sustancias hidratantes como el ácido hialurónico y calmantes como la Centella asiática o el aloe Vera.
Entre los componentes más de moda está la Niacinamida: es muy interesante en este tipo de sensibilidades porque combate las rojeces, regula el exceso de sebo y además nos provee de un efecto antioxidante que está presente en otros activos como la vitamina C, pero que a la vez son bastantes bastante irritantes.
Ponte a cubierto. Protegernos del sol es otra de las claves. Nuestra recomendación: un filtro mineral con óxido de zinc o de titanio que no penetrará nada en la piel.
¿Qué hay de mi rutina semanal? el uso de exfoliantes ¿sí o no? Bueno pues aquí el tratamiento semanal va a estar determinado por el umbral de sensibilidad de la piel. Exfoliantes como la gluconolactona o el ácido láctico pueden usarse.
Usar un exfoliante adecuado siempre que sea posible aumentará los beneficios del tratamiento posterior aunque sea simplemente de una crema hidratante.
La importancia del envase. También merece especial atención el tipo de envase. A nuestro modo de ver es un aspecto de de los cosméticos al que se presta poca o ninguna atención.
El envase más apropiado es el air-less, y es que si compramos una crema en frasco que está expuesta al aire y a la manipulación cada vez que la utilizamos, necesitará una mayor cantidad de conservantes para que los ingredientes se mantengan en su máximo rendimiento.
Rutina básica: limpieza, hidratación y protección
Limpieza de la piel
Para la limpieza utilizaremos siempre texturas aceites, texturas bálsamos o crema. Nos gusta el limpiador y desmaquillante aceite de GH cuya fórmula con aceites no comedogénicos puede utilizarse por pieles, desde una piel seca hasta una piel grasa y ya nos hidrata desde el inicio.
El limpiador Restore de Neostrata, un gel que no hace espuma y arrastra perfectamente todo el resto de cosméticos y protectores solares. Una pequeña aplicación del Baume desmaquillante SVR con una textura aceitosa que al fundirse con el agua se convierte en lechosa, asegura una limpieza eficaz y suave reduciendo las irritaciones. Con sólo nueve ingredientes, deja una película hidratante y no grasa sobre la piel al retirarlo.
Otro bálsamo que también nos gusta mucho es el Ritual care calm in balm de Sensilis, que lo calentaremos un poquito en la mano antes de aplicar, y nos servirá para retirar todo el maquillaje y el protector solar en su fase grasa, apto para todo tipo de pieles.
Además, nos regala una muselina de algodón para retirarlo si nuestra sensibilidad es tal que nos incomoda el agua en el rostro.
Si preferimos texturas más ligeras tenemos Dermo Nettoyant de SVR, crema que limpia, desmaquilla y alivia para una limpieza a conciencia, elimina incluso maquillaje waterproof. Una fórmula con sólo nueve ingredientes, entre ellos Niacinamida para restaurar la barrera cutánea que no necesita agua para retirar.
Hidratación de la piel
Respecto a la hidratación, las fórmulas más limpias nos las ofrece SVR con un número limitado a siete, ocho o nueve ingredientes como máximo.
Sensifine Aqua gel, con sólo ocho ingredientes, entre ellos pantenol y Aloe vera, para calmar e hidratar todos los estados y tipos de piel. AR crema o Función barrera de Gema herrerías que contiene ceramidas y ácidos grasos para mantener la barrera a pleno rendimiento.
Pero si lo que buscamos es una hidratación ligera previa al maquillaje, al uso de otros productos o simplemente ligereza en nuestra rutina, Gema Herrerías nos propone una esencia cargada de ácido hialurónico para una hidratación máxima, Esencia Triple H.
Por último, una de nuestras recomendaciones es el aceite Huile de Nuit de SVR como tratamiento final de noche calmante y reparador. Con sólo diez ingredientes, se debe poner una capa oclusiva de este aceite durante la noche encima de nuestra crema hidratante.
Su combinación de aceites lo hacen ideal para pieles deshidratadas y sensibles.
Protección de la piel
Llega la hora de la protección, los protectores solares minerales. Este tipo de protectores actúan haciendo rebotar los rayos solares en nuestra piel. Nuestro favorito y más recomendado es Heliocare 360 mineral.
Ante la duda de si utilizar tratamiento semanal o no, que suelen incluir exfoliantes, la respuesta va a depender del grado de sensibilidad de la piel. Siempre que sea posible, la respuesta va a ser sí.
Productos que incluyan Gluconolactona van a ser la elección de preferencia, pero si la sensibilidad no es mucha son recomendables los exfoliantes enzimáticos.
El exfoliante enzimático de GH utiliza enzimas que despegan las células muertas del estrato córneo. Hay que tener cuidado no dejarlo mucho sobre la piel, un par de minutos es suficiente y debemos prepararlo en el momento de la aplicación. Es obligatorio hidratar la piel a continuación y protegerse muy bien del sol.


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